para los que crean y los que no crean en el destino.

Muchas veces me he dado cuenta de que las cosas suceden de forma inevitable, nos gusten o no. Esta pertenece al primer grupo.
En un principio nunca hubiera apostado nada por ello. Poco después nadie fue capaz de convencerme de que las cosas pudiesen ser distintas. El tiempo me va dando la razón. No podía ser de otra forma. Hablo de mi mujer, Paloma, y de mí. La sensación indescriptible de que desde un determinado momento nadie más podría ocupar este lugar me ha acompañado en todo este tiempo. Después de unos cuantos años la sensación sigue y cada día es más fuerte. En pocos días cumpliremos un nuevo aniversario. Es lo de menos. Día a día los sentimientos son los mismos. Y siguen creciendo. Una muestra de ello es Carlota, nuestra hija. Y en breve un bebé más se unirá a la lista. No sé si el mundo va cada vez peor pero mi vida es cada vez más maravillosa, y gran parte de esto se lo debo a ella. Me soporta, me sujeta, me empuja y me da todo lo que me falta, que es mucho.
Con esto quería sólo quería agradecerle lo mucho que le debo, de la mejor manera que se expresarme ( que seguro que no es la mejor)
Muchas gracias, amor.